martes, 20 de noviembre de 2012


VOLTAIRE



C
ontra la tesis mantenida por Leibniz de que nos encontramos en el mejor de los mundos posibles, más bien pareciera que todo se rige por el principio de lo peor. En todo caso, si Dios creó el mundo con algún fin, debió ser para hacernos de rabiar.

François-Marie Arouet, que se dio a sí mismo el seudónimo de Voltaire, es quizás uno de los intelectuales franceses más polifacéticos e importantes del Siglo de las Luces. Nació en París el 21 de Noviembre de 1694, hijo del notario François Arouet y de una madre prácticamente desconocida que falleció cuando Voltaire cumplía los siete años de edad. Estudió en el colegio jesuita Louis-le-Grand cuando se cumplían los últimos años del reinado de Luis XIV. De su formación religiosa guardará Voltaire un penoso recuerdo que se plasmará en una actitud irreverente, rebelde y burlona frente la Iglesia, sus instituciones
y dogmas. 
En 1713 obtiene el cargo de secretario de la embajada francesa en La Haya, trabajo del que es expulsado debido a ciertas relaciones amorosas. Apasionado ya desde entonces por la literatura, frecuenta los lugares donde se reúnen los intelectuales y artistas más destacados y, cuando muere en 1715 Luis XIV y toma la regencia el Duque de Orleáns, Voltaire escribirá una sátira contra él que le llevará preso a la Bastilla durante un año, tiempo que dedica a estudiar literatura.

En 1718 Voltaire conoce su primer éxito con la tragedia Edipo y con una epopeya, La Henriade, dedicada al tolerante rey Enrique IV, que se estrena en 1723. Sin embargo, no cesan los problemas; una disputa con el noble De Rohan le lleva de nuevo a la Bastilla y después al destierro, motivo que provoca su retiro a Londres durante dos años, lugar en el que contactará con la elite literaria, científica e intelectual. Cuando regresa a Francia en 1728, Voltaire difundirá las progresistas ideas políticas inglesas y el pensamiento del científico IsaacNewton y del filósofo John Locke.




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